Wagner. |
A Wagner no le daba miedo saltarse las reglas musicales establecidas. Si la acción que se estaba representando en el escenario lo requería, se inventaba algo musical nuevo. Además, estaba su teoría de la melodía infinita, melodía que se mantiene por debajo con intensidad mediante la orquesta mientras los cantantes cantan en forma de parrafadas o declamaciones. A todo esto hay que añadir su encadenamiento y superposición de melodías y estructuras armónicas, el constante empleo de acordes, que normalmente tendrían que resolver pero que él no resuelve y los deja ahí, como suspendidos. Por tanto, no define la tonalidad, ni DO ni RE ni nada, y parecía que aquello no tenía fin y daba como resultado el no saber ya en qué tonalidad o en qué pasaje o en dónde infiernos se estaba.
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