lunes, 13 de noviembre de 2017

Nacionalismo en Cataluña.

En la revista Vida Nueva el cardenal Fernando Sebastián habla sobre el nacionalismo, mas en concreto del nacionalismo catalán. Entre otras cosas manifiesta:
- El nacionalismo es siempre victimista, pero es victimista porque antes, y más profundamente, es egoísta, se cree más que los demás y quiere más que los demás. Es egoísta e insolidario. Pretende estar solo para vivir mejor.
 -El nacionalismo es ruptura. Se quiera o no, desgarra el tejido social, enfrenta a las personas, divide las familias. Por eso, solo es legítimo y moralmente aceptable cuando resulta ser el único remedio contra graves injusticias colectivas, de dominación o discriminación.
-Venir ahora a hablarnos del derecho de autodeterminación es vivir en otro mundo. O no querer enterarse de lo que uno tiene a su alrededor. Tenemos que vivir en la realidad, no en la burbuja de nuestras fantasías.
Ramiro I de Aragón.
-Aquí se habla de 500 años de convivencia. Pero son más. Cataluña formó parte no del Reino de Aragón, pero sí de la Corona de Aragón, con el rey Ramiro de Aragón y el conde Ramón Berenguer, desde el siglo XII.
-A lo largo de estos años de vida democrática se ha convertido ( el nacionalismo catalán) en un problema social y cultural. Esta ampliación cultural del independentismo ha venido por dos cauces: la educación y los medios de comunicación, dirigidos y manipulados desde el poder autonómico.
-Algo tiene que ver también en todo esto la descristianización galopante que está sufriendo Cataluña en estos años. El independentismo descristianiza y la descristianización favorece el independentismo.
-La realidad tiene que  ir entrando en la sociedad catalana desde una enseñanza objetiva, imparcial, no manipulada, y con unos medios de comunicación igualmente objetivos, no sectarios, ni subvencionados ni teledirigidos.
- Los catalanes son tenaces y muy amantes de sus cosas. Y tienen todo el derecho del mundo. Me asustan, dice el cardenal, un poco los melindres democráticos de algunos políticos que quieren una intervención reducida y cortita. Habrá que hacer lo que sea necesario. ¿O no? Esta crisis es una gran oportunidad histórica. No podemos perderla.




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