Suecia y Francia son paises en que las mujeres tienen una profesión y cuentan con apoyo social y estatal para ser madres, si lo desean, y que además están sometiendo a una dura crítica a la prostitución. Estos países muestran tasas de actividad y natalidad de las más elevadas de Europa. No resulta paradójico que a mayor igualdad sexual, mayor sea la tasa de natalidad, ya que donde hay igualdad la productividad no se convierte en el único centro de la vida humana.
Pero el aumento de la natalidad no se explica solo por la implantación de políticas natalistas, opina Ana de Miguel, profesora titular de Filosofía Moral y Política en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Frente a estos ejemplos, hay países europeos que invierten mucho en políticas de natalidad pero esta no aumenta un ápice y las mujeres no tienen más hijos, como es el caso de Alemania. “Queremos apuntar una razón, dice de Miguel, Alemania es un país en que las mujeres que no abandonan la profesión cuando tienen hijos merecen el apelativo de madres cuervo. Y un país donde, no es casualidad, se ha legalizado la prostitución. Quienes suponen que las jóvenes alemanas, tras largos años de formación, van a dejar sus empleos para acabar mirando desde sus ventanas como sus maridos vuelven de los burdeles por la noche se han equivocado”.
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