Beethoven |
Beethoven tenía un espíritu indomable y rebelde y unos cambios de carácter muy bruscos, que se acentuaron a causa de su sordera. Pero lo que para él fue una tortura a partir de 1801, año en que comenzó a percibir que se estaba quedando sordo, no fue tan negativo para la evolución de la música. Y es que si las dos primeras sinfonías que escribió no fueron precisamente rompedoras y sí bastante clásicas, sin dejar de tener su sello, no ocurrió lo mismo con la tercera, que compuso bajo el impacto de saber que estaba perdiendo el oído, lo peor que le podía suceder a un músico. En ese momento, desesperado, rompe con todo. Ya no le importan tanto las formas, ahora sólo le importa su música y escribe un pedazo de sinfonía, la tercera, Heroica, con la que hace trizas todos los esquemas creando algo completamente nuevo y con una fuerza tremenda. A partir de ahí se suceden sus maravillosas sinfonías, conciertos, su música de cámara así como sus sonatas para piano, cuartetos, etc. Pero todo eso surgió no solamente a consecuencia de su genialidad, sino también de su sufrimiento.
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