Aún no hemos descubierto cuál es la teoría correcta a la hora de elegir pareja, si buscamos a alguien que se parezca a nosotros, si lo buscamos muy diferente, si preferimos que se parezca a nuestro padre o madre o si nos dejamos llevar por el olor. El caso es que nos enamoramos y si queremos seguir adelante con el amor, en algún momento se producirá ese fatal desencuentro que es la convivencia. Es en la convivencia donde empiezan a aparecer todas esas manchas que emborronan tu pareja ideal y resulta que no sabes muy bien qué hacer con ellas. Pues bien, mientras los defectos de tu pareja no incluyan faltas de respeto, agresividad o afán de dominación, la clave para aceptarlos está únicamente en ti. Porque a estas alturas no pensarás que se puede cambiar. Es más, tampoco te interesa cambiarlo. Así que para convivir con todas esas manías y defectos que no soportas, vas a necesitar un grado elevado de tolerancia, de comprensión y que no falte el amor.
Para que este reconocimiento de los defectos ajenos no termine en ruptura, es fundamental aceptar nuestro grado de responsabilidad en el asunto. Durante el proceso de conquista, todos esos defectos de tu pareja quedaron escondidos bajo la magia del amor.Pero si haces un ejercicio de honestidad, todos esos defectos que ahora no soportas se podían intuir y aún así decidiste mantener la ficción de la pareja ideal. ¿Ahora no sabes cómo manejar esos defectos? Simplemente acéptalos. No estaría de más poner en común esos aspectos que os irritan al uno del otro y aclarar con sinceridad si son rasgos de vuestra personalidad que estáis dispuestos a cambiar o no. Esto facilitaría mucho las cosas de cara a esforzaros por construir un futuro juntos, pero como la comunicación en la pareja no siempre es lo fluida que se requiere, no queda más que armarse de paciencia y tratar de mejorar tus propios defectos, manifiesta la escritora Laura Sanchez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario