Cuando el organismo envejece, los mecanismos de control del estrés oxidativo dejan de funcionar correctamente. Ocurre lo mismo con el resto de mecanismos que mantienen las constantes vitales (el término correcto en la jerga científica es "homeostasis"). Ocurre algo similar en, por ejemplo, personas que tienen obesidad. Es una falacia que el hombre pueda ser inmortal. La muerte puede ocurrir, incluso, sin ninguna enfermedad. Podemos morir de vejez cuando los mecanismos de control de la homeostasis ya no pueden mantener a esa persona con vida.
Al envejecer, el mecanismo de control del estrés oxidativo y de otras células en todo el cuerpo humano se resiente. El ser humano no tenía previsto vivir tantos años como lo hace ahora, por lo hay que encontrar la manera de alargar la vida útil de los procesos de detoxificación. Los comportamientos sedentarios influyen negativamente en este proceso. Es importante caminar, hacer deporte, ejercitar el cerebro, etc. para ralentizar la oxidación y, con ello, el estrés oxidativo y la pérdida de homeostasis.
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