domingo, 7 de julio de 2019

Hay quienes no quieren ser perdonados


“La exigencia de que Dios debiera perdonar a un hombre sin cambiar lo más mínimo su modo de ser está basada en una confusión entre condonar y perdonar. Condonar un mal significa simplemente ignorarlo, tratarlo como si fuera bueno. El perdón, en cambio, debe ser ofrecido y aceptado para ser completo, y el hombre que no admite culpa alguna no puede aceptar el perdón…..La respuesta a quienes critican la doctrina del infierno es, a la postre, una nueva pregunta: «¿Qué pedimos que haga Dios?». ¿Que borre los pecados pretéritos y permita a todo trance un comienzo nuevo, allanando las dificultades y ofreciendo ayuda milagrosa? Pues eso es precisamente lo que hizo en el Calvario. ¿Perdonar? Hay quienes no quieren ser perdonados. ¿Abandonarlos? Mucho me temo, ¡ay!, que eso es lo que hace”, escribe Clive Staples Lewis.

Y añade el escritor irlandés que “sabemos mucho más del cielo que del infierno, pues el cielo es el hogar de la humanidad y contiene, en consecuencia, todo cuanto supone la vida humana glorificada. El infierno, en cambio, no ha sido hecho para el hombre. No es en ningún sentido paralelo al cielo. Se trata de las tinieblas exteriores, el borde externo donde el ser se derrama en la nada”.

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