La mayoría de los miembros de la Asociación Médica Estadounidense (AMA), reunidos a principios de junio en Washington, votaron a favor de mantener la oposición de la institución al suicidio médicamente asistido (SMA) y no adoptar una postura de “neutralidad”. Según la Asociación Medica “autorizar a los médicos a participar de un suicidio asistido implicaría más daño que bien. El SMA es básicamente incompatible con el papel del médico como sanador, sería muy difícil o imposible de controlar, e implicaría graves riesgos para la sociedad”.
Matt Vallière |
“Los pacientes merecen cuidado y protección, no una prescripción para morir. Confiamos en que esta decisión animará a los estados a considerar leyes que continúen rechazando el suicidio asistido”, dice Matt Vallière, director del Patients Rights Action Fund, en Life News.
Ademas de la Asociación Médica Estadounidense, la American College of Physicians, la American Academy of Pediatrics, la American Psychiatric Association, la World Medical Association, la International Association for Hospice and Palliative Care y sociedades médicas del Reino Unido, Alemania, Francia, Japón, etc., cuentan con políticas contra el suicidio asistido.
¿Hubiera dado lo mismo una postura opuesta que una neutral si, al final, con ninguna de las dos se apoya el SMA? El prestigioso cardiólogo Frederick White, entrevistado por MercatorNet, opina que no, y lo ilustra con la frase de un colega, el Dr. Daniel Sulmasy, director del Kennedy Institute of Bioethics: “Cambiar de la oposición a la neutralidad no es éticamente neutral, sino un cambio sustancial de prohibido a opcional”. En otras palabras, apunta White, “la ausencia de oposición es aprobación tácita”.
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