jueves, 31 de enero de 2019

Lenin afirmaba que el partido no habría sobrevivido, y que no lo haría en el futuro, de no existir la posibilidad de debatir libremente.

Lenin poseía carisma. El embalsamamiento de su cuerpo, y el consiguiente proceso de "beatificación", se produjo en una ceremonia especialmente preparada para la ocasión, a pesar de las protestas de su esposa y de su familia. Este hecho contribuyó a matarlo políticamente más que si hubiera sido enterrado en una ceremonia normal. Fundador y líder del Partido y del Estado, Lenin jamás se comportó con los suyos como un déspota o un dictador.

Lenin siempre actuaba ciñéndose a los procedimientos del Partido, discutía y protestaba acaloradamente, pero aceptaba que se votaran todas las decisiones importantes, como mandaban los estatutos del Partido, aunque no solía perder las votaciones. Era un líder, no un déspota. Era el líder principal de su Partido, no su propietario. En el célebre episodio de 1917 en el que quiso expulsar a dos líderes, Zinoviev y Kamenev, del Comité Central, Yakov Sverdlov, el presidente de la sesión, le respondió sin inmutarse: “Camarada Lenin, nuestro partido no actúa así”. Toda una revelación, durante una reunión en la que estaba sobre la mesa quién asumía el poder, Lenin, exaltado y dejándose llevar por los sentimientos, fue llamado al orden por otro líder influyente que dirigía la sesión.Durante la guerra civil, compartió el liderazgo con Trotski a ojos del mundo y de la propia Rusia, un fenómeno curioso dado que Lenin y sólo Lenin era el fundador del Partido. Pero Trotski era el corresponsable de la revolución, y tanto Lenin como el Partido lo aceptaban.

Lenin (centro, con sombrero de piel oscura y abrigo) y otros líderes comunistas con soldados del Ejército Rojo que participaron en aplastar el levantamiento anti-bolchevique de Kronshtadt.
Lenin afirmaba que el partido no habría sobrevivido, y que no lo haría en el futuro, de no haber existido la posibilidad de debatir libremente. El bolchevismo era un partido político que ofrecía a sus miembros el derecho a manifestar sus opiniones y a participar en el desarrollo de la línea política, y Lenin quería que las cosas siguieran así. En sus últimas apariciones, declaraciones y escritos, arremetió contra el estilo y la esencia de la política que se habría de seguir tras su muerte con un “No” rotundo. El programa de Lenin, que encabezó una revolución radical e hizo un llamamiento a la moderación después de conquistar el poder, no entró en vigor. La posibilidad de expresarse libremente acerca de los problemas del Partido, de las diferentes corrientes que coexistían o de las amenazas que lo acechaban era patrimonio exclusivo de esta formación política históricamente específica que se bautizó con el nombre de bolchevique.La dictadura estaba en manos del Partido, no en las de Lenin. Cuando cayó en manos de un individuo, la cuota de poder del Partido no tardaría en esfumarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario