Muchos hombres demandan la legalización de la prostitución sin prejuzgar si su existencia ha de ser valorada positiva o negativamente.
La filósofa y profesora universitaria Ana de Miguel se hace las siguientes preguntas con respecto a este tema. “¿Cómo se permiten los hombres hacer lo que hacen a las mujeres? Esta pregunta se hace especialmente clara en el tema de la prostitución. ¿Cómo se permiten los hombres ir a los burdeles, a los polígonos, a materializar su derecho a acceder al cuerpo de las mujeres? ¿Dónde encuentran la legitimidad para creer que su masculinidad y su dinero les dan derecho a mantener un “harén para demócratas”? En la prostitución toda empatía ha desaparecido, solo importan mi deseo, mi derecho a satisfacerlo y mi dinero. La persona que está enfrente, en fila junto a otras, es un cuerpo a mi servicio. ¿Qué carácter humano se desarrolla en estas circunstancias, qué ideal de humanidad y ciudadanía subyace a la institucionalización de la prostitución?”
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