Pitaco. |
Amasis, rey de Egipto, envió una vez un animal para ser sacrificado a su amigo Pitaco, renombrado entre los siete sabios de Grecia, y le pidió que le devolviera la mejor y la peor parte del cuerpo. Estaba seguro de que su amigo le enviaría dos partes distintas. Pero Pitaco cortó la lengua y se la envió al rey para mostrarle que ninguna parte en el hombre era mejor que una lengua justa, ni peor que una lengua taimada.
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