viernes, 13 de agosto de 2021

Autodeterminación

En las desastrosas condiciones de la Europa de posguerra de la Primera Guerra Mundial, la autodeterminación, concepto revolucionario, era una demanda para el futuro inmediato, no una aspiración a largo plazo. Los bolcheviques habían sido de hecho los primeros en utilizar el concepto. Pero su interés por la autodeterminación era puramente instrumental. Su apoyo a los movimientos nacionalistas se amplió con el fin de socavar y destruir los imperios multinacionales existentes en Europa y, de manera más general, para debilitar o derribar el imperialismo. Sin embargo, en palabras de Stalin, “cuando el derecho de autodeterminación entra en conflicto con otro derecho superior, a saber con el derecho de la clase obrera que ha llegado al poder para consolidar ese poder”, entonces “el derecho de autodeterminación no puede ni debe servir de obstáculo a la clase obrera en su derecho al ejercicio de la dictadura”. Como esta afirmación dejaba meridianamente claro, “la autodeterminación nacional” en la incipiente Unión Soviética debía quedar totalmente subordinada al poder centralizado del estado bolchevique.
En realidad el derecho a la autodeterminación es el derecho de los pueblos a elegir libremente su organización política. Consiste en decidir a qué Estado se quiere pertenecer, optando por permanecer como parte de uno ya existente, o bien por la independencia o la unificación con otro Estado.
El Estado Libre de Irlanda se creó como república democrática en 1922, cuando la parte meridional de Irlanda consiguió la independencia efectiva de Gran Bretaña, aunque hasta 1949 seguiría siendo formalmente un dominio de la corona británica.

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