Las estimaciones del ACNUR indican que al menos un millón de niños nacieron en condiciones de refugiados

Las personas obligadas a dejar sus hogares ha crecido en el último año a la cifra de 82 millones, a pesar del impacto de la pandemia del Covid-19. Los expertos de la agencia de la ONU dedicada a los refugiados (ACNUR) confirman los datos y subrayan que el número total se ha duplicado con creces en la última década; la cifra también muestra que más del 1% de la población mundial ha sido desplazada de su tierra de origen, y no siempre por elección propia. Muchos han tenido que abandonar sus hogares y su tierra debido a las persecuciones, los conflictos, la violencia y las violaciones de los derechos humanos. La gran mayoría son desplazados internos ya que durante la pandemia, a raíz de las restricciones a la circulación y los cierres, se ha vuelto imposible cruzar las fronteras o los límites entre los Estados. Según los datos del Global Trends Report del Alto Comisionado de la ONU, sólo 250.000 refugiados han podido regresar a sus países de origen y 34.000 han conseguido reubicarse en terceros países. El informe señala que el mundo pronto superará los 100 millones de refugiados; es solo "cuestión de tiempo”.

Casi el 80% de los refugiados proviene de apenas 10 países. A la cabeza de la lista está Siria, con 6,8 millones de personas que huyen de la guerra y la violencia; desde que comenzó el conflicto sirio, en la primavera del 2011, más de la mitad de la población (13,5 millones) permanece desplazada. Le sigue Venezuela, con cuatro millones. La población desplazada también incluye un número creciente de niños, privados del derecho a estudiar y crecer. Las estimaciones del ACNUR indican que entre 2018 y 2020 al menos un millón de niños nacieron en condiciones de refugiados. La agencia de la ONU espera que los conflictos se intensifiquen en el año en curso debido al aligeramiento de las restricciones para contener la pandemia mundial de coronavirus. También pronostican que se agravarán la emergencia alimentaria, los conflictos prolongados y los fenómenos meteorológicos extremos.