En los momentos de crisis histórica, cuando la necesidad de elección genera miedos y neurosis, el hombre anhela cambiar las dudas y agonías que provienen de su responsabilidad moral por visiones deterministas, conservadoras o radicales que le ofrezcan “la paz de la prisión, una placentera seguridad y el sentimiento de haber encontrado, al fin, un lugar en el cosmos”, observa Isaiah Berlín, y añade que nunca como hoy ha sido tan poderoso el anhelo de seguridad.
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