Hitler recibió el dinero de los banqueros y de los industriales; muchos jefes del ejército vieron en él al único hombre capaz de devolver su grandeza a Alemania, pero millones de hombres han confiado en el Führer porque ya no creían en las elecciones, los partidos, el parlamento. La fuerza de atracción de los partidos que se presentan como totalitarios, se afirma o amenaza afirmarse cada vez que una coyuntura grave deja aparecer una desproporción entre la capacidad de los regímenes representativos y las necesidades de gobierno de las sociedades industriales de masas. La tentación de sacrificar las libertades políticas a la energía en la acción no ha muerto con Hitler ni con Mussolini.
Refugiados cubanos |
Por la violencia de los procedimientos y el poder desmesurado de la policía, el régimen hitleriano ¿no se parece más al bolchevique, que a los ensueños de los contrarrevolucionarios? ¿No se reúnen derecha e izquierda, o seudoderecha fascista y seudoizquierda comunista, en el totalitarismo? ¿No recuerda a la Venezuela de Nicolas Maduro? ¿Hablamos de Cuba o de Corea del Norte?
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