Apenas Dios, como el sol, desaparece del horizonte, el mundo se sumerge en las tinieblas; el que desprecia el universo sólo a sí mismo se estima y, solitario en el seno de una oscura noche, tiene miedo de sus propias creaciones.
Jean Paul |
El escritor alemán Jean Paul añade,¿No se habla hoy de la naturaleza como si esta creación de un Creador, en la cual el pintor que la retrata no tiene más importancia que la de una partícula de color, apenas puede servir de marco o de caballete a un cuadro descolorido, creación de una criatura? Como si lo más extenso, lo infinito, no fuese precisamente lo real. ¿No ofrece la historia el más sublime espectáculo de tragedia y comedia? Ya que desprecian la realidad, consientan por una vez tan sólo, los que lo hacen, en ofrecer a nuestro espíritu el cielo estrellado, la postura del sol, los golpes de agua, las cimas nevadas que aun cuando dejen esa mezquina combinación de pequeñez que altera a nuestros ojos la realidad, como lo hace un gran poeta mediante el atrevimiento de sus imágenes, no por eso dejará de ser su obra el poema de los poemas y, así, habrá respetado la obra de Dios. El universo es la palabra más atrevida y más elevada del idioma; es el más sublime de los pensamientos, aunque la mayor parte de los hombres no ve en el universo sino el teatro de su vida mezquina, y en la historia de la eternidad, la de la pequeña población donde nacieron.
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