domingo, 9 de julio de 2017

Los “Reyes Magos” procedían de Persia.

El hecho de que procedieran los “Reyes Magos” de Oriente apunta a las lejanas regiones de allende el Jordán, el desierto sirio-arábigo, Mesopotamia, Persia. A favor del origen persa milita un episodio históricamente comprobado. Cuando, a principios del siglo VII, el rey persa Cosroes II invadió Palestina, destruyó las basílicas que la piedad cristiana había edificado en memoria del Salvador, excepto una, la Basílica de la Natividad, en Belén. Y esto por una sencilla razón, en su entrada figuraba la representación de unos personajes vestidos con atuendo persa, en actitud de rendir homenaje a Jesús en brazos de su Madre. 



La palabra magos, con que los designa el Evangelio, no tiene nada que ver con lo que hoy día se entiende por ese nombre. No eran personas dadas a la magia, sino hombres cultos, pertenecientes a una casta de estudiosos de los fenómenos celestes, discípulos de Zoroastro, ya conocidos por numerosos autores de la Grecia clásica. Por otra parte, es un hecho comprobado que la expectativa mesiánica de Israel era conocida en las regiones orientales del Imperio Romano, e incluso en la misma Roma. 

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