El turismo sexual infantil es un tema tabú para los gobiernos de muchos paises, que buscan con el silencio hacer invisible un fenómeno que en los últimos años se ha globalizado. La vulnerabilidad es una característica común entre las víctimas. Esta vulnerabilidad puede ser tanto de que proceden de una familia en la que han sufrido malos tratos, de que procedan de una familia que no tiene ingresos económicos.El perfil de los explotadores no es el de pederasta habitual a estos servicios. No se desplaza a otros paises con la intención de cometer el abuso, pero caén en él por las circunstancias en las que se encuentran. Los expertos los califican como turistas ocasionales. La mayoría de ellos aprovechan el anonimato que les da de estar en otro país. Paises como República Dominicana, México, Tailandia, Camboya o Vietnam lideran este tipo de prácticas.Según los expertos en la actualidad, la explotación sexual de personas menores de edad es el tercer negocio más lucrativo del mundo tras el tráfico de armas y de estupefacientes.
Todos los niños víctimas de la explotación sexual sufren graves trastornos emocionales , psicológicos y físicos. La violencia física implícita y explícita y la presencia de constantes amenazas y coacción provocan lesiones, dolor y miedo, angustia, sentimientos de culpabilidad y desprecio hacia si mismos. Son frecuentes los cuadros depresivos que pueden llevar a la víctima al suicidio. Los menores son más vulnerables a las enfermedades de transmisión sexual.

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