Lo igual se dice de lo distinto. Siempre y necesariamente. Platón puso en esta fórmula el nacimiento de la filosofía, que no es más que una reflexión sobre las paradojas del lenguaje. De no ser distintas, dos cosas no podrían ser llamadas iguales, porque no serían dos cosas; solo una. Y para cada cosa concreta se necesitaría una palabra concreta. Lo que es lo mismo, nada podríamos decir de nada.
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