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La masacre de Babi Yar |
La propaganda nazi utilizó el hecho de que la Unión Soviética no firmara la Tercera Convención de Ginebra (1929) como una excusa para maltratar a los soldados apresados del Ejército Rojo. Reunidos como ganado en campos de concentración, se enfrentarían a un destino fatal, muerte por inanición, ausencia de refugio, suciedad y guardias brutales. Pero bajo aquel oportunismo nazi subyacía la despiadada ideología nazi de la superioridad racial. La guerra en el este se describía como una contienda contra seres infrahumanos (Untermenschen), entre los cuales los eslavos y, sobre todo, los judíos recibieron un trato especialmente sanguinario. El soldado alemán Heinz Postenrieder, que se adentraba en el norte de Ucrania con la 134.ª División de Infantería, indicó que “aquí se ha liquidado a todos los judíos, del modo más terrible”. El 19 de septiembre, las tropas alemanas entraron en la capital ucraniana, Kiev. A los diez días, habían reunido a todos los judíos de la ciudad y los obligaron a marchar hacia el barranco de Babi Yar. Una de las habitantes de la ciudad, Irina Jorushunova, escribió en su diario, “Aún no sabemos qué les han hecho a los judíos. Corren rumores horribles… pero es imposible darles crédito. Solo hay una cosa que parece clara; han confiscado toda su documentación, posesiones y comida. Luego los han perseguido hasta Babi Yar y allí… no sé. Solo sé una cosa, está pasando algo terrible, horroroso; algo inconcebible, algo que no se puede comprender, entender ni explicar”.Referencia: El trasfondo humano de la guerra de Michael Jones.
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