La boda de Peleo con Tetis deparó la ocasión para grandes festejos. Asistieron todos los dioses, excepto Eris, la diosa de la discordia, de la que se habían olvidado involuntariamente. Ésta apareció inesperadamente y arrojó una manzana a la multitud que se encontraba reunida. La manzana llegó rodando donde se encontraban charlando Hera, Atenea y Afrodita. Sobre la manzana figuraban inscritas en letras de oro las palabras “para la más hermosa” y entonces se planteó la cuestión de cuál era la diosa más bella. Hera, Atenea y Afrodita reclamaron, cada una para sí, la manzana, negándose a admitir que fuese para las otras dos. Tampoco hubo ningún dios que se decidiera a saldar la cuestión. Por esta leyenda, cualquier objeto que es motivo de disputa entre la gente recibe el nombre de la «manzana de la discordia.

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