Michael Burleigh, historiador británico especialista en historia contemporánea, escribe que aquellos rusos a los que se hacía prisioneros estaban sentenciados por norma, sin que se les haya prestado en ningún caso la atención, inconmensurablemente mayor, dedicada al Holocausto. Para el 1 de febrero de 1942, los alemanes habían capturado 3.350.000 hombres. De ellos, 1.400.000 murieron entre junio y noviembre de 1941, y otros 600.000 en los meses de diciembre y enero. Al final de la guerra, habían muerto 3.300.000 prisioneros del Ejército Rojo, la mayoría antes de la primavera de 1942. La tasa de muertes equivalente de los alemanes internados en los campos soviéticos, estimada en entre 350.000 y 800.000 hombres, palidece solo en comparación. En cambio, el número de prisioneros británicos y estadounidenses muertos en cautividad durante la guerra es de 8.348.
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