Pico compuso una oración que lleva por título Sobre la dignidad del hombre. Esta obrita representa un hermoso canto a la libertad y a la dignidad humana, un humanismo de la libertad y, como tal, puede ser considerada como un manifiesto del Renacimiento. En ella encontramos un concepto moderno de libertad, pues la dignidad del hombre no hay que buscarla en lo que es (esencia), sino en la capacidad de hacerse, en la posibilidad que tiene el ser humano de llegar a ser lo que quiera. Más aún, para Pico, la dignidad tiene su causa en Dios, creador de un ser extraordinario, por indefinido, capaz de devenir lo que él mismo se propone. El resto de la creación tiene marcado su destino, tiene una naturaleza fija, salvo el hombre. Su grandeza tiene origen en esta libertad, que le hace superior incluso a los propios ángeles, quienes no pueden cambiar la elección que hicieron cuando fueron creados. La naturaleza maleable del hombre encierra un sinfín de posibilidades que él puede desarrollar gracias al don de la libertad. Puede llegar a ser tanto el más perfecto de los seres como descender hasta lo más ínfimo, porque el que está llamado a la perfección, también puede, desoyendo ese clamor divino (libremente, porque no se puede hacer de otra manera), convertirse en el más indigno.Pico escribe que “el Padre puso en el hombre, desde su nacimiento, semillas de toda clase y gérmenes de toda vida. Los que cada cual cultivare, crecerán y fructificarán en él. Si los vegetales, se hará planta; si los sensuales, se embrutecerá; si los racionales, se convertirá en un animal celeste; si los intelectuales, será ángel e hijo de Dios”. Aunque capaz de todas las posibilidades, el hombre mirandoliano ha de aspirar a lo más alto, ya que la Divinidad lo ha hecho digno de ello.
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