Discurso del Rey el 24 de diciembre de 1995: “El primero de esos problemas, en el orden de su preocupación e importancia, es el paro. Aunque el Estado mitiga con gran esfuerzo, a través de la política social, sus más inmediatos efectos y la evolución permite afrontar el futuro con un menor pesimismo, el desempleo, en los niveles en que lo conocemos hoy, es , además de un drama personal y familiar para quienes lo sufren, un factor desintegrador de la sociedad. Son particularmente inquietantes el paro de larga duración, que afecta a trabajadores que soportan además responsabilidades familiares, y el paro juvenil, que impide la inserción de las nuevas generaciones en la sociedad y el desarrollo de sus proyectos vitales y familiares……
Quizá no del todo ajenos al desempleo y sus consecuencias, la violencia juvenil, el desarraigo y el recurso a las drogas son también motivos de especial preocupación. Deberíamos preguntarnos si los valores que estamos inculcando a nuestros jóvenes son los más adecuados para su desarrollo personal y si podemos hacer más para que nuestros hijos no estén sometidos con frecuencia a mensajes moralmente empobrecedores, cuyos efectos son socialmente negativos.”
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