“La emancipación fue contra el dominio español, y no contra los valores que aportó España al Nuevo Mundo, los cuales se incorporaron al medio americano y se transformaron en categorías propias”. “No reconocerlo es caer en el simplismo de un indigenismo radical ideologizado que atiza los enfrentamientos y las luchas sociales, y en vez de unir e integrar, desintegra y disocia”, subraya Monseñor José Antonio Eguren.
La historiadora María Saavedra destaca que uno de las grandes falsedades es el de la evangelización como mera excusa de los españoles para encontrar oro y plata. Y siendo cierto “que había interés en ello”, “todo se hizo bajo la misión de evangelizar”. “Los reyes asumieron esa evangelización, ya que para Roma y el Papado no era posible encargarse de las grandes dimensiones del nuevo mundo. Los reyes pusieron en marcha el proceso evangelizador con todo lo que llevaba consigo, porque realmente en América todo era misión”. “Es verdad que había mucho oro y mucha plata. Pero cuando América se independiza, se calcula que el número de hospitales fundados por España en sus dominios americanos fue de más de 1.000 así como 30 universidades, colegios para niños, para caciques, para mestizos y, también, para mujeres y niñas. “La red de hospitales y escuelas que se construyó por toda América es inmensa y todo el continente americano está repleto de este tipo de realidades”.
Saavedra subraya “el gran monumento que construyeron los españoles en las Indias”, el derecho indiano. “Era la manera de adaptar el derecho castellano a la realidad indiana, y siempre en favor del indígena americano”, explica. “Había delitos que tenían mayor pena que si los cometía un español que si los cometía un indio y desde el primer momento se plantea como proteger a ese indígena. ”Estos documentos “afirman que los indios van a trabajar a cambio de un salario, se marcan unas horas máximas de trabajo, no se pueden exigir más”. Entre otras de sus medidas garantistas, ordenan que “los domingos se les dará una olla de carne a los indios, las mujeres embarazadas trabajarán como máximo hasta el cuarto mes o que los niños no irán a trabajar. Los trabajadores de las minas”, concluye, “transcurrido un tiempo, recibían un descanso de seis meses antes de regresar”.
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