viernes, 19 de enero de 2024

La ansiedad por el paso del tiempo


La ansiedad por el paso del tiempo no es exactamente exclusiva de la vida moderna. Alrededor de 29 a.C., el poeta romano Virgilio escribió "fugit inreparabile tempus" ("el tiempo vuela irrevocablemente") lo que expresa un poco de la ansiedad por el paso de los días. Pensamientos similares sobre cómo el tiempo se nos escapa se pueden encontrar en Chaucer y Shakespeare.
La psicología Oliver Burkeman cree que la peculiar preocupación de la humanidad con el tiempo, y, en particular, si lo invertimos “productivamente", se volvió mayor con el uso común del reloj y el surgimiento de la Revolución industrial. Antes de eso, los ritmos naturales del día guiaban a la gente. "Hay que ordeñar la vacas cuando necesitan ser ordeñadas, y no podías decidir de alguna manera hacer todo el ordeño de un mes en unos cuantos días", dice. Una vez la gente empezó a trabajar en molinos y fábricas, sus actividades tuvieron que ser coordinadas con más precisión, frecuentemente para optimizar el uso de las máquinas que operaban. Eso dio paso a prestarle mayor atención a la planificación y la creación de horarios, a la vez que se entendió que nuestra productividad podría ser cuidadosamente monitoreada. Y la presión resultante, de hacer más en menos tiempo, parece haber crecido exponencialmente a partir de la segunda mitad del siglo XX.



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