Escribe Isaiah Berlin, filósofo e historiador de las ideas, que “la idea de una sociedad perfecta es un sueño muy viejo, bien porque los males del presente inducen a los hombres a imaginar cómo sería su mundo sin ellos (a imaginar un Estado ideal en que no hubiese desdichas ni codicia ni miedo ni trabajo embrutecedor ni inseguridad) o bien porque esas utopías son ficciones elaboradas deliberadamente como sátiras, con el propósito de criticar el mundo presente y avergonzar a los que controlan los regímenes existentes, o a los que los padecen demasiado dócilmente; o puede que sean fantasías sociales, simples ejercicios de imaginación poética”.
“Las utopías occidentales tienden a contener, en general, los mismos elementos; una sociedad se mantiene en un estado de pura armonía, en el que todos sus miembros viven en paz.La principal característica de la mayoría de las utopías, de todas quizás, es el hecho de que son estáticas. Nada se modifica en ellas pues han alcanzado la perfección. No hay necesidad de novedad o cambio; nadie puede querer modificar una situación que satisface todos los deseos humanos naturales.”
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