“Bajo las innumerables corrientes que afloran en la superficie externa de nuestro pensamiento contemporáneo, nos parece que existe algo como una inmensa deriva. Debido a la acción de una parte considerable de nuestra minoría pensadora, la humanidad occidental reniega de sus orígenes cristianos y se separa de Dios”.“No hablamos de un ateísmo vulgar, que es propio, más o menos, de todas las épocas y que no ofrece nada significativo. El ateísmo moderno se torna positivo, orgánico constructivo”. No se limita a criticar, sino que tiene la voluntad de hacer inútil la pregunta y sustituir la solución.“Humanismo positivista, humanismo marxista, humanismo nietzscheano son, más que un ateísmo propiamente dicho, un antiteísmo y más concretamente, un anticristianismo, por la negación que hay en su base”, escribe el jesuita De Lubac.“No es verdad que el hombre no pueda organizar la tierra sin Dios. Lo cierto es que sin Dios no puede, a fin de cuentas, más que organizarla contra el hombre. El humanismo exclusivo es un humanismo inhumano”.
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