Andrés Martínez Lorca, catedrático de filosofía medieval en la UNED, en su libro Introducción a la filosofía medieval escribe que hubo una obra de Aristóteles que los pensadores islámicos no llegaron a conocer, la Política. Aquí reside la principal novedad del aristotelismo latino. Por vez primera, los pensadores cristianos tuvieron que enfrentarse solos a una teoría política radicalmente opuesta a las doctrinas teocráticas hasta entonces imperantes. Fruto de esa lectura fue no solo la creación de un lenguaje político que en buena parte seguimos usando todavía, sino también la afirmación de una serie de principios políticos que contienen el germen del moderno Estado democrático. El mérito principal en el proceso de asimilación del pensamiento político aristotélico corresponde a Tomás de Aquino.
La Política representa uno de los principales logros de Aristóteles y al mismo tiempo una de las grandes contribuciones del genio griego a la historia del pensamiento. En realidad, no es una obra unitaria sino un conjunto de tratados independientes acerca de la vida social y familiar, así como sobre su organización, agrupados posteriormente en el Liceo por el mismo Aristóteles o por sus discípulos. El mundo histórico de la polis, es decir, de la ciudad-Estado griega, constituye el motivo central de inspiración. Por extraño que parezca, no se conserva ningún comentario griego sobre ella. Por otra parte, el islam medieval no llegó a conocerla. Al final de una de sus obras Averroes anota con pesar que no había llegado a al-Andalus la Política, pero que estaba dispuesto a comentarla si le traían alguna copia desde el Oriente islámico, donde creía que circulaba entre los estudiosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario