miércoles, 16 de febrero de 2022

No es bueno obligar a las personas a violar sus convicciones


Los McArthur, que regentan la Panadería Ashers en Irlanda del Norte, han sido respaldados en su derecho a la libertad de conciencia tras el veredicto del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, último aparato judicial al que ha llegado un caso que se inició en 2014. Los McArthur ya habían sido absueltos en la Corte Suprema de Reino Unido en 2018. Sin embargo, el denunciante acudió como última instancia al TEDH, que ha desestimado la opción de reabrir el caso. El TEDH entiende que no se debe obligar a los trabajadores a expresar mensajes que contradigan sus propios valores o creencias.


Daniel y Amy McArthur

Daniel y Amy McArthur, propietarios de la Panadería Ashers en Irlanda del Norte, se enfrentaron a una larga batalla judicial cuando se negaron a crear un pastel con el mensaje personalizado “Apoyo al matrimonio homosexual”. La pareja, aunque perfectamente dispuesta a atender al cliente, descubrió que el cumplimiento de esta solicitud sería incompatible con sus profundas creencias religiosas. En 2015 el tribunal dio la razón al demandante, sin embargo los McArthur decidieron recurrir, con el resultado de que la Corte Suprema les dio la razón. Gareth Lee, que había pedido el pastel, demandó a la panadería por discriminación. En octubre de 2018, la Corte Suprema del Reino Unido sostuvo que la panadería había actuado legalmente.En 2019, Gareth Lee llevó su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo. “En su sentencia, la Corte Suprema del Reino Unido llamó la atención sobre el hecho de que la panadería se negó a compartir un mensaje en particular; puntualmente no se negaron a atender a ningún cliente en particular. De hecho, la evidencia fue que la panadería había servido previamente a Gareth Lee sin mayores problemas. Si los profesionales creativos se ven obligados a crear mensajes con los que están profundamente en desacuerdo, las implicaciones son muy amplias para muchos otros en la sociedad. El buen resultado establecido por la Corte Suprema del Reino Unido, que afirma la idea básica pero importante de que no es bueno obligar a las personas a violar sus convicciones, sigue siendo la última palabra sobre la historia”, dijo Robert Clarke, Director Adjunto de ADF International.

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