El nacionalismo no ha sido nunca el monopolio de la derecha. En el País Vasco coinciden el PNV de sotana y misa diaria con el terrorismo marxista de ETA, ahora proyectado políticamente en el partido Bildu. Lo mismo ha ocurrido históricamente en Cataluña, donde la bandera nacionalista la han compartido Esquerra Republicana y Convergencia. De hecho, el fenómeno político más relevante de la última década es la desaparición del catalanismo colaborador y pragmático, y su sustitución por un movimiento típicamente revolucionario, en el que confluyen elementos burgueses y antisistema; las corbatas del expresidente Mas y las chanclas del antisistema. Basta escarbar con la yema de un dedo para descubrir entre los separatistas y Podemos un entramado de similitudes.Lo resumió la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en junio de 2015: “Si hay que desobedecer leyes injustas, se desobedecen”. Populismo en estado puro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario