Tolkien |
En una carta a un amigo, Tolkien escribió “El Señor de los Anillos es, por supuesto, una obra fundamentalmente religiosa y católica; de manera inconsciente al principio, pero luego cobré conciencia de ello en la revisión”.Estas palabras fueron dirigidas al padre Robert Murray el 2 de diciembre de 1953, más de cuatro años después de que Tolkien hubiera terminado El Señor de los Anillos y ocho meses antes de que el primer volumen fuera publicado al fin. El padre Murray era nieto de sir James Murray, fundador del Oxford English Dictionary, y era amigo íntimo de la familia de Tolkien. A petición de Tolkien, Murray había leído parte de El Señor de los Anillos en un texto mecanografiado y había respondido aportando comentarios y críticas. Escribió que el libro le había despertado un gran sentimiento de “una compatibilidad positiva con el orden de la Gracia” y comparaba la imagen de Galadriel con la de la Virgen María. Los comentarios de Murray provocaron una cálida respuesta de Tolkien:“me animó especialmente lo que tú has dicho… pues eres más perceptivo, especialmente en ciertas direcciones, que ningún otro, y aun a mí me has revelado con mayor claridad ciertos aspectos de mi obra. Creo que sé exactamente lo que quieres decir con el orden de la Gracia; y, por supuesto, con tus referencias a Nuestra Señora, sobre la cual se funda toda mi escasa percepción de la belleza tanto en majestad como en simplicidad”. Prosiguiendo con su afirmación de que El Señor de los Anillos era una obra fundamentalmente religiosa y católica, Tolkien añadió que se sentía “agradecido por haber sido educado (desde los ocho años) en una Fe que me ha nutrido y me ha enseñado todo lo poco que sé; y eso se lo debo a mi madre, que se atuvo a su conversión y murió joven, en gran medida por las penurias de la pobreza, que fueron las consecuencias de ello”.
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