El Ministerio de Igualdad abrió una consulta pública previa a la ley para “la igualdad plena y efectiva de las personas trans”, solicitando la participación ciudadana para recabar su opinión ante una norma que el Gobierno quiere desarrollar en los próximos meses. Según el ministerio es “inaplazable” aprobar una ley “que despatologice las identidades trans, permitiendo el cambio registral de sexo” sin necesitar un aval “médico o psicológico” ni cambios en su apariencia física.
Esta ley “produce efectos contrarios a los buscados, pues pone en riesgo el bienestar, la salud y los derechos de los menores de edad. Este tema no se debe legislar sin atender a la evidencia científica”. Según la Alianza Evangélica, “no opera en bien del menor que manifiesta discordancia de género otorgarle la capacidad de decidir establemente su asignación sexual en un momento de su desarrollo en el que no ha completado su maduración”, dado que “la mayoría de esos menores cambiará posteriormente y de forma natural su orientación sexual hacia la heterosexualidad; esto sucede así en más del 90% de estos casos, por lo que podemos asegurar que en más del 90 % de los menores que pudiesen decidir cambiar su asignación en el registro, esta sería una decisión precipitada y que entraría en contradicción con la que sería su auténtica y libre decisión final al alcanzar la madurez”. En el caso de menores, es necesario “establecer normativas garantistas que aseguren que el menor no sufre menoscabo al reconocerle una capacidad de decisión y autodeterminación que ciertamente aún no tiene por su estado madurativo”. “Excluir a los padres de una decisión tan definitiva supone una imprudencia y una negación inaceptable de la responsabilidad de los padres en el desarrollo de sus hijos”.La Alianza Evangélica expresa su preocupación porque la normativa “sustituye el término y concepto de mujer por el subjetivo de identidad de género que promueve una especie de barra libre para los cambios de sexo y genera una cascada de problemas en la convivencia social que afectan de manera directa a las mujeres”. Entre los problemas se encuentra la desprotección legal hacia las mujeres, la quiebra del uso de vestuarios, baños, refugios o prisiones para mujeres, o la desaparición del deporte femenino al ser invadido por personas biológicamente hombres que se declaren con identidad femenina.
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