Hablando de la humildad, decía Teresa de Jesus en su libro Las Moradas, que la humildad siempre labra como la abeja en la colmena la miel, que sin esto todo va perdido. Mientras estamos en esta tierra no hay cosa que más nos importe que la humildad.
Y añade la santa que jamás nos acabamos de conocer si no procuramos conocer a Dios; mirando Su grandeza, acudamos a nuestra bajeza; y mirando Su limpieza, veremos nuestra suciedad; considerando Su humildad, veremos cuán lejos estamos de ser humildes.
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