lunes, 14 de septiembre de 2020

El nuevo socialismo



Lo que debe hacer el nuevo socialismo es recoger, impulsar y agitar “las reivindicaciones de los vecinos de las barriadas populares, de las mujeres, de los jóvenes, de los ecologistas, de los pacifistas y de los defensores de los derechos humanos”, a través de la estrategia hegemónica, es decir mediante la unión de todos estos micro-conflictos. Dice Boron que "la construcción del sujeto del socialismo del siglo XXI requiere reconocer que no hay uno si no varios sujetos. Que se trata de una construcción social y política que debe crear una unidad allí donde existe una amplia diversidad y heterogeneidad”. Puesto en términos de la teoría post-marxista de lo que se trata es de lograr una hegemonía socialista que aglutine todos los elementos de conflagración social posible. El nuevo socialismo, escribe Agustín Laje, ha tenido que abandonar la visión estrictamente clasista, necesita hacer irrumpir nuevos conflictos, de distintos tipos, que puedan encontrar su hilo conductor en la oposición al orden capitalista y a los valores occidentales en los que aquél se sostiene. Esta generación permanente del conflicto es recomendada por el sociólogo venezolano Rigoberto Lanz cuando anota que el socialismo del Siglo XXI sólo puede tener éxito “apostando duro por el impulso de prácticas subversivas que propaguen el efecto emancipatorio de las rupturas, de los conflictos, de las contradicciones” .


El filósofo y ex guerrillero boliviano Álvaro García Linera hace especialmente hincapié en la cuestión indigenista en concreto, y explica esta traslación del sujeto revolucionario dada entre el histórico “obrero explotado” al actual “indígena colonizado” a través del hilo conductor del marxismo.


“Toda revolución implica un tipo de alianzas, aun la guerra de clases es exitosa si se logra aislar, desmoralizar, debilitar al adversario y acoplar a potenciales aliados, esa es la idea de una hegemonía”. Si hay algún acuerdo estratégico en el marco de la reconstrucción de una nueva izquierda para el siglo XXI, es que ésta se tiene que apoyar con fuerza en nuevos “movimientos”.

Agustín Laje manifiesta que “esos nuevos movimientos que el socialismo del Siglo XXI debe hegemonizar son fundamentalmente los indigenistas, ecologistas, derecho humanistas, y a los que en este primer tomo de esta obra les dedicaremos especial atención: las feministas y los homosexualistas, eufemísticamente representados por lo que se ha dado en conocer como la ideología de género”.

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