Estudiantes y docentes han denunciado el uso de textos escolares para hacer un “lavado de cerebro” en las escuelas de Hong Kong. Para Education Breakthrough and Progressive Teachers Alliance, la Oficina de Educación del gobierno está tratando de manipular los libros en el ámbito humanístico, con el objetivo de hacer valer el punto de vista oficial, limitando la capacidad de los estudiantes de pensar libremente.
Manifiestan que algunas editoriales, de común acuerdo con las autoridades comunistas, han revisado los libros de texto, eliminando aspectos sensibles para el establishment y para Beijing. Por dar un ejemplo, los “censores” han eliminado expresiones como “separación de poderes” y “desobediencia civil”. En un volumen, se minimiza el problema de la contaminación en China; en otro, los editores han modificado información sobre la censura de las películas occidentales.
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