Cuenta el escritor José Antonio Fortea que en la parábola del Hijo Pródigo, padre e hijo se reúnen en torno al fuego para banquetear con todos los de la casa. Dios-Padre y Dios-Hijo se reúnen en torno al Fuego del Espíritu Santo.
El hijo pródigo que nunca regresa se convierte en padre espiritual de otros hijos pródigos que le siguen y que jamás regresarán a la casa del padre. También ellos, lejos, se reunirán en torno al fuego del odio.
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