Existe una disparidad excepcionalmente amplia entre qué es lo que la humanidad piensa que quiere y lo que, a juzgar por sus actos, realmente prefiere. Lewis Mumford explicó esta disparidad cuando sugirió que el hombre vive en dos mundos, el mundo interior y el mundo exterior. El primero es el reino de las ideas, deseos e imágenes. El último es el mundo de la realidad dura e inevitable. “Si el entorno físico es la tierra, el mundo de las ideas pertenece a los cielos.”
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