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Hernando de Soto Polar |
¿Son los pobres en realidad tan pobres como pensamos? El economista peruano Hernando de Soto Polar ha argumentado que muchas de las familias más pobres del mundo lo son simplemente porque carecen de derechos legales sobre su propiedad. Una familia puede haber vivido durante años en la misma chabola de las favelas de Río de Janeiro, pero como sólo tiene sobre ella un derecho de propiedad informal y entre los pobres los derechos jurídicos no están plenamente desarrollados, se encuentra a merced de los delincuentes y vigilantes locales (que pueden intentar robar o destruir su hogar) o el gobierno (que puede intentar desalojar a los chabolistas). La solución, sostiene De Soto,
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Casas en la Favela do Prazeres |
es otorgar a estas personas derechos legales sobre sus propiedades. De esa forma no sólo tendrán un incentivo para cuidar más de ellas, sino que podrán obtener créditos utilizando sus hogares como garantía. El economista argumenta que el valor total de las viviendas de los pobres en los países en vías de desarrollo es noventa veces el total de la ayuda exterior que estos países recibieron en los últimos treinta
Edmund Conway cuenta que el hecho de que vastas extensiones del norte de África sean desérticas no se explica sólo por el clima o las condiciones de los suelos, pues con cierta cantidad de trabajo duro e inversión tales áreas podrían volver a convertirse en pastos. La razón para ello es que la tierra la utilizan los nómadas y sus rebaños, que tienen pocos incentivos para cuidar de ella pues después de un tiempo continuarán su camino. El resultado con frecuencia es la desertización debida al pastoreo excesivo. Los gobiernos, por tanto, no sólo deben asegurarse de que sus ciudadanos respeten las leyes y los contratos, sino también instaurar leyes apropiadas que garanticen que las personas contribuyen a la prosperidad de la economía.
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