sábado, 17 de noviembre de 2018

Incendios en California.


Fuertes vientos de Santa Ana afectan a California.
Los vientos de Santa Ana llegan en otoño, cuando el aire cruza los altos desiertos y fluye sobre la costa de California hacia el océano. Estos son vientos catabáticos, exactamente como los del Ártico. Pero para cuando llegan al océano, el aire está mucho más caliente en la costa de lo que lo estaba en el altiplano. Arriba, en el altiplano, el aire caliente del desierto se había enfriado y densificado, deslizándose seguidamente por las laderas. Pero si los incendios se desatan con tanta virulencia no es solo porque el aire es seco, sino también porque está caliente. ¿Por qué se calienta aún más al bajar de las alturas? ¿De dónde proviene esa energía? Se trata de una masa fija de aire, y se mueve a tal velocidad que no hay tiempo para que se produzca ningún intercambio de energía con algo de lo que la rodea. Mientras esa corriente de aire denso baja, la atmósfera del fondo de la montaña ejerce presión sobre ella, porque la presión es mayor ahí abajo. Ejercer presión sobre algo es una forma de darle energía.

El volumen del aire de los vientos de Santa Ana disminuye porque la atmósfera que lo rodea está apretándolo hacia dentro. Esa compresión proporcionó más energía a las moléculas de aire que están en movimiento y, por lo tanto, la temperatura del viento aumenta. A esto se lo llama “calentamiento adiabático”. Como ese aire tan caliente y seco lleva días robando la humedad del paisaje, es muy fácil que una chispa provoque un incendio. Y el calor no proviene únicamente del sol californiano; también procede de la energía extra que obtienen las moléculas del gas al ser comprimidas por el aire más denso que encuentran más cerca del océano. Cualquier cosa que varíe la velocidad de las moléculas del aire afectará a su temperatura.


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