Los alemanes se pirraban por Hitler. Es verdad que después de ser elegido cambió las estructuras de poder por una dictadura, pero también es verdad que cuando terminó la guerra la gente hubiese sido capaz de volver a votarlo.
Encuestas realizadas en los años inmediatos a la guerra mostraron que el periodo de Hitler en la historia alemana (1933 − 1945) era visto como positivo por alrededor del 40
por ciento de la población alemana: «Umfrage des Instituts für Demoskopie Allensbach 1951», en Alfred Grosser, Die Bonner Demokratie: Deutschland von draußen gesehen, Rauch, Dusseldorf, 1960, p. 22. Según una encuesta de 1971 la mayoría del pueblo alemán mantenía que el nazismo era una buena idea que había fallado en su implementación: Max Kaase, «Demokratische Einstellungen in der Bundesrepublik Deutschland», en Rudolf Wildemann (ed.),
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