Policía birmana patea a un rohingya en la aldea de Kotankauk en una operación de desalojo |
La crisis humanitaria que involucra a los musulmanes de Rakhine no es la única que está en curso en Myanmar. Las violaciones a la libertad religiosa y a los derechos humanos perpetuadas por miembros de las fuerzas militares, movimientos nacionalistas budistas y ciudadanos birmanos no golpean exclusivamente a los Rohinyás, sino también a otros grupos étnicos minoritarios esparcidos por el país. Ellos comparten el mismo sufrimiento, aunque no reciban la atención mediática que la comunidad internacional presta a la zona situada en la frontera entre Myanmar y Bangladesh. Es el caso de Kachin (en el norte del país) y de Naga (en la frontera con la India), poblaciones donde hay una fuerte presencia cristiana, que llevan décadas padeciendo la persecución.
Brutal persecución a los cristianos en Myanmar ( Birmania) |
Explotando las raíces budistas de la cultura nacional, durante años, el régimen militar introdujo brutales medidas discriminatorias en relación a los cristianos, quienes son vistos como la expresión de una fe extranjera y en contraste con la política de “una nación, una raza, una religión”. Muchas de estas medidas aún siguen vigentes, y el prejuicio es un fenómeno difundido, incluso a pesar de que la Iglesia Católica está presente en el país desde hace más de 500 años.
Militares birmanos. |
Los soldados del Tatmadaw, el poderoso ejército birmano, han profanado, dañado y destruido numerosos lugares de culto. Con casi absoluta impunidad, los militares continúan cometiendo graves abusos sobre los derechos humanos, como episodios de violencia sexual dentro de los centros religiosos o la tortura de pastores, fieles y ciudadanos comunes.
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