Javier Lopez Diaz en su libro “Trabajar bien, trabajar por amor” escribe que es un desafío urgente conseguir que la organización del trabajo no genere incompatibilidades con las obligaciones del hogar. Esta situación se da a menudo, a causa de salarios insuficientes para sostener una familia; a horarios que obligan a reducir mucho la presencia del padre o de la madre en el hogar; a trabas a la actitud abierta a la vida de muchas madres que desean compatibilizar la dedicación a la familia con profesiones fuera del hogar.
Estas dificultades afectan a los trabajadores que se ven sometidos a presión de un ambiente, una organización social, un sistema de vida, que dificultan la formación de una familia.
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