Los despropósitos en materia económica que escuchamos a los políticos se pueden resumir con una frase de Keynes: “La economía es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos”. En efecto, los estados utilizan la economía de una forma mediatizada. La auténtica necesidad pública se mezcla con la ideológica, con el ansia de poder y con la corrupción, dando lugar a algo llamado “política económica”, eufemismo de malversación de caudales públicos.
Se está produciendo abundancia material y empobrecimiento personal. Es una catástrofe y una mala economía; se está organizando la producción usando al hombre como medio, una lamentable economía de la pobreza. Una economía, donde un pequeño porcentaje de población acumula la mayoría de la renta, mientras que el resto padece necesidad es una economía con poco futuro, ineficiente por inhumana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario