Karl Popper. |
Si la tarea del Estado consiste en velar por la igualdad de los derechos y deberes de los ciudadanos, el poder del Estado se convierte en un peligro para la libertad. Han sido muchos los pensadores que se percataron del hecho, dice Karl Popper. Y añade, el riesgo puede provenir de la burocracia, que acaba por convertirse en la clase dominante y de ese modo amenaza no sólo la libertad, sino en último término también la igualdad, llegando incluso, en determinadas circunstancias, a hacerlas desaparecer. No sólo podemos ser esclavizados por un dictador, por un Mussolini, un Stalin o un Hitler, sino también por el propio Estado, por una burocracia anónima.
¿Cómo podemos organizar el Estado y el Gobierno de modo que ni siquiera los malos gobernantes puedan causar unos males excesivamente graves?. La respuesta a este problema es la democracia, que nos permite destituir a un Gobierno sin derramamiento de sangre.
Churchill dijo en una ocasión: “La democracia es la peor
Churchill. |
Un estado democrático nunca será mejor que sus ciudadanos. Por eso debemos esperar que los grandes valores de una sociedad abierta, la libertad, la ayuda mutua, la búsqueda de la verdad, la responsabilidad intelectual, la tolerancia, sigan siendo reconocidos como tales en el futuro, concluye Popper.
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