En España ha habido alrededor de 150 casos de corrupción de muy diversa dimensión, contenidos y afectados; desde el caso de la Colza hasta el más reciente de la rama Taula , pasando por el caso Casinos, operación Malaya, caso Forcem, la PSV, Estevill, el caso Dívar, la operación Mengele, el caso Godó,los ERR, la enésima ramificación de la Gürtel o la Púnica. Hoy quiero traer lo que opina el Papa Francisco sobre la corrupción y los corruptos en su libro “El nombre de Dios es Misericordia”.
El corrupto es el que se indigna porque le roban la cartera, dice el Papa Francisco, y se lamenta, añade el Papa, por la poca seguridad que hay en las calles, pero después engaña al Estado evadiendo impuestos y quizá hasta despide a sus empleados cada tres meses para evitar hacerles un contrato indefinido, o bien se aprovecha del trabajo en negro. Y después presume incluso con los amigos de estas astucias suyas.
La corrupción hace perder el pudor que custodia la verdad,
La corrupción,añade el Papa Francisco, es algo que se nos mete adentro; es como el azúcar, es dulce, nos gusta, es fácil, y después terminamos mal. De tanta azúcar fácil terminamos diabéticos o nuestro país termina diabético. Cada vez que aceptamos una coima, y la metemos en el bolsillo, destruimos nuestro corazón, destruimos nuestra personalidad y destruimos nuestra patria.
Lo que vos robas, dice a los corruptos, con la corrupción va a quedar acá y lo va a usar otro. Pero también va a quedar, y esto grabémoslo en el corazón, en el corazón de tantos hombres y mujeres que quedaron heridos por tu ejemplo de corrupción. Va a quedar en la falta de bien que pudiste hacer y no hiciste. Va a quedar en los chicos enfermos, con hambre, porque el dinero que era para ellos, por tu corrupción, te lo guardaste para vos.
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