La Comisión sobre China del Congreso de los Estados Unidos, publicó su informe de la situación de los derechos humanos en el país asiático. Según este análisis, China ha pasado de una “política de hijo único” a otra de “dos hijos”, lo que no servirá de nada para solucionar el grave desequilibrio entre sexos y el envejecimiento galopante de la pirámide de población.
El Gobierno sigue vigilando la natalidad con medidas coercitivas como abortos forzosos y fuertes multas contra el tercer hijo. A lo que hay que añadir una preferencia cultural por los hijos varones, acentuada por las restricciones del Estado a la natalidad, que ha roto el equilibrio demográfico natural.
De acuerdo con este informe, en 2015 nacieron 34 millones de varones más que de mujeres. El Congreso de los Estados Unidos estima que el año pasado se abortó a 64 millones de niñas en China por esta demencial eugenesia. El desequilibrio entre sexos está contribuyendo a que aumenten el tráfico de mujeres, los matrimonios forzosos y la explotación sexual.
El informe del Congreso repasa la situación de otros
derechos humanos, como la libertad religiosa, que no deja de reducirse en China. El Gobierno chino revisa sus leyes sobre asuntos religiosos, para introducir nuevos controles a la educación, aumentar la fiscalización de los sitios web de contenido religioso y reafirmar el principio de que la religión es una amenaza para la seguridad nacional. Entre los objetivos de las nuevas restricciones a la libertad religiosa, según el Comité del Congreso de los Estados Unidos, están eliminar las iglesias protestantes y minar la influencia del Vaticano en los católicos chinos.
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