Escribe C.S.Lewis que cuando la represión no destroza totalmente y para siempre el espíritu, ¿no tiene una tendencia natural a producir orgullo y desprecio en venganza? A cuenta de las esposas y cadenas nos asignamos una dosis doble de autoestima. Nadie está más dispuesto a ser arrogante que un esclavo recién liberado.
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