Hace 39 años, Estados Unidos era el mayor productor de juguetes. Más tarde, en los años setenta, las compañías norteamericanas radicaron su producción en los denominados “tigres asiáticos”: Hong Kong, Taiwan, Corea del Sur. Un paraíso para las empresas.Cuando en esos países comenzaron a subir lentamente los salarios y se formaron los sindicatos, la caravana inversionista se trasladó hacia Tailandia, Indonesia, Malasia y Filipinas. Y, sobre todo, hacia China. Porque, para las multinacionales, China es un paraíso. Hay un orden político estable, los sindicatos están prohibidos, las imposiciones gubernamentales son mínimas, las autoridades se dejan sobornar y el costo de vida es muy bajo. No es de extrañar que, en la actualidad, alrededor de un tercio de los juguetes se fabrique en China. Desde hace algunos años, las empresas invierten también en Vietnam. Allí las condiciones reinantes son muy similares a las de China. El mercado del juguete es gigantesco. Cuantos menos niños nacen en los países industrializados, más dinero se gasta en sus juguetes.
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