Acusa el Papa Francisco que hay millones de hombres y mujeres e incluso niños esclavos del trabajo. En este tiempo existen esclavos, son explotados, esclavos del trabajo y ¡esto va contra Dios y contra la dignidad de la persona humana! La obsesión por el beneficio económico y la eficiencia de la técnica amenaza los ritmos humanos de la vida, porque la vida tiene sus ritmos humanos. El tiempo de descanso, sobre todo el del domingo, está destinado a nosotros para que podamos gozar de lo que no se produce ni consume, no se compra ni se vende. Y en lugar de esto vemos que la ideología del beneficio y del consumo quiere comerse también la fiesta. También ésta a veces se reduce a un negocio, a una forma de hacer dinero y gastarlo.
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